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Tener una melena más o menos abundante es simplemente una cuestión hereditaria. Pero tengamos mucho o poco pelo, lo que sí es igual en todos los casos es su ciclo de renovación continuo, con periodos en los que crece, se mantiene y cae.
La cantidad que se pierde es de entre 50 y 100 cabellos al día. Cuando la caída sobrepasa esa cantidad, es que algo ocurre.
Los motivos de la pérdida excesiva pueden ser diversos: anemia, embarazo, falta de cinc, mala circulación, deficiencia funcional de la glándula tiroides, estrés... En todos estos casos, el pelo se recupera con un tratamiento especifico y el uso de los productos adecuados.
Para evitar la alopecia, es aconsejable que te frotes el cuero cabelludo para reactivar la circulación sanguínea y así minimizarás su caída.
Para ello, puedes utilizar aceites para enfatizar su efecto o combatir otros problemas al mismo tiempo.
El de limón, por ejemplo, sirve para disminuir la grasa; el de romero, para activar la circulación y el de recino, para dar luminosidad al cabello.
No existen los milagros, por eso, si empiezas a tratar el problema en cuanto aparecen los primeros síntomas, obtendrás mejores resultados.
Los aceites esenciales o naturales los puedes comprar en una herboristería, o tienda naturista.
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