No le temas a los nuevos cambios que la vida te ofrece

Los cambios son inherentes a nuestro día a día, pero ¿estás lista para afrontarlos? El apego a lo conocido y a la costumbre no juega siempre a nuestro favor. Búscales el lado positivo.

Elegir un nuevo trabajo o una pareja, mudarse de casa, cumplir años, dejar de fumar, irse a vivir a otro país, recibir una nueva estación del año, tener un niño... Los cambios están a la orden del día y son sinónimo de evolución...



Sin embargo, no siempre son fáciles de llevar a cabo, o de aceptar. A menudeónos encerramos en la comodidad de lo conocido y necesitamos un empujoncito para abrir nuestros horizontes.

Toda novedad tiene mucho de aventura y algo de riesgo porque no podemos saber con certeza lo que nos depararán las futuras circunstancias. Por eso, a veces es fácil anquilosarse y un tanto difícil desapegarse de las comodidades para lanzarse a lo desconocido.

Pero no todos los cambios son fruto de una decisión voluntaria. Cuando no es así, podemos dejar que se nos caiga el mundo encima al comprobar que nada es como era o, mejor, abrir los ojos a las novedades positivas que nos aporta.

Decide como avanzar: Mirando en tu interior con honestidad, puedes preguntarte si realmente deseas que tu vida dé un giro, analizando cuáles son tus motivos, posibilidades, condiciones y expectativas. No importa cuánto tardes en pensarlo, tómate tu tiempo para decidir.

Si la respuesta es sí, eres tú quien debe determinar cuándo y cómo ponerlo en práctica. ¿Lo harás de forma gradual o tal vez deba ser algo más radical? ¿Quieres cambiar de profesión y para ello has decidido comenzar nuevos estudios que pueden llevarte años? ¿O quieres dejar a tu pareja y es mejor decírselo cuanto antes? En cualquier caso, una vez que te pongas manos a la obra, debes estar preparada. Las sensaciones de inseguridad, duda o de estar perdida ante la novedad son completamente normales y parte del proceso de crecimiento.

Según los entendidos en el tema, los cambios son las situaciones vitales que mayor estrés nos producen. Por eso, es fundamental que te reserves un tiempo de adaptación, es decir, un periodo en el que debes ser especialmente comprensiva y paciente contigo misma. Tras los momentos de inestabilidad pasajera, todo volverá a asentarse.

Superar la crisis interior: Todos nos topamos con instantes de incertidumbre, en los que los patrones antiguos no nos sirven para apoyarnos y nos vemos con la necesidad de reinventar o reconstruir algún aspecto de nuestra vida o de nuestra personalidad.

Es parte del proceso de crecimiento y la manera de evolucionar. A veces, observar con humildad los detalles que no nos hacen felices de nuestra forma de ser, puede ayudarnos a plantear la posibilidad de variarlos o mejorarlos.

¿Por dónde empezar? ¿Cómo hacerlo? El primer gran paso es reconocer la necesidad de cambiar en algún aspecto concreto. Tal vez podemos hacerlo solos, con grandes dosis de esfuerzo, paciencia y voluntad. En otros casos, puede ser útil la ayuda de un terapeuta.
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