• La piel normal: es la menos frecuente. Es mate, elástica y suave, con poros cerrados, parecida a la de un niño.
• La piel seca: es fina, áspera y tiende a desescamarse. Es la más propensa a las arrugas.
• La piel grasa: es gruesa y brillante. Presenta poros abiertos y puntos negros. Es propensa a presentar acné. Esta piel se arruga más tarde, pero sus arrugas son más profundas.
• La piel mixta: es en realidad la combinación de dos tipos de piel, grasa en la zona T (frente, nariz y barbilla) y seca en las mejillas.
• La piel sensible: reacciona con irritación y enrojecimiento a las diferentes agresiones medioambientales, independientemente de si es seca, grasa o mixta. En estos cases, es recomendable pedir consejo al dermatólogo.
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