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Las plantas que habitualmente usamos en casa o en el jardín con fines decorativos, pueden resultar peligrosas si convivimos con una mascota que, eventualmente, gusta de mordisquearlas.
La afección puede ir desde un leve mareo o malestar estomacal hasta un efecto alucinógeno, similar al que producen las drogas en los seres humanos.
Por esto hemos confeccionado una guía con las más peligrosas que son las que, últimamente, están más de moda:
Hortensias: las flores y las hojas resultan tóxicas si se consumen en gran escala. Las consecuencias de su ingestión son dolores gástricos, vómitos y diarreas.
Narciso: su problema son los bulbos, no son tan peligrosos pero dan irritación intestinal y les provoca un constante babeo.
Muérdago: su ingestión tiene consecuencias directas sobre la coordinación motora del animal porque afecta el sistema nervioso. También hipersalivación.
Glicina: quién no disfruta cuando comienzan los calores y tapizan las calles con un color lila, pero sus semillas y frutos provocan una acción moderada sobre el sistema digestivo.
Ipomea: estas planta cuya flor suele presentarse de color púrpura afecta con sus semillas en forma grave al cerebro de la mascota por sus acción alucinógena.
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